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Ediciones Sueños... imágenes en la niebla

Y llegó el gran día...

Sí, pues, así no más es. Llegó el famoso gran día gran de entrada a la universidad.

Me levanté con dolor de cabeza tensional, qué horror, lo que me nubló todo el hermoso fin de semana que pasé con mi niño lindo. Pero bueno, así es la vida, jiji.

A las ocho de la mañana ya estaba en pie, lista, despejada, claro que por algunos detalles me atrasé y salí justo a las nueve... qué mal, y yo que pensaba ahorrarme una micro, por la shit. Sin embargo, el irme en metro fue para mejor, no me sentí tan nerviosa.

Llegué a la famosa sala, la 324, cuya ventana (ventanal que cubre toda una pared) da justo hacia un pasillo. Y ahí había un par de lolas compañeras nuevas. Me senté en uno de los primeros bancos, llegó la profe d composición y redacción (curioso, pero la lola es profe de fiolosofía), vamos viendo el programa, sus reglas, etc... y con tarea, más encima, para el miércoles la redacción de un párrafo de 10 a 12 líneas. Para nada difícil pero seguro que va a quedar plop cuando lea lo que voy a escribir, jajajaja, qué pesada.

Transcurrida la mañana, mi nerviosismo estaba a mil. A tanto llegué, que un ejercicio en clases lo hice mal,e s que esto del cachorreo me pone de malas... ¡ODIO ESA INSTANCIA, LA DETESTO CON TODO MI CORAZÓN! Y eso que en Periodismo no fue traumático, pero igual lo detesto. Ver pasar a los compañeros y compañeras de otras carreras con sus ropas rotas, el pelo para la historia y con "olores" guácala es horrible... humillación pura, aunque algunos se mueran de la risa de su situación, pero yo no lo aguanto.

Más tarde nos tocó conocer al profe de lingüística. Simpático el hombre, aunque muy filósofo para mi gusto (me estoy preguntando si es educación en castellano o filosofía, jaja). Igual la clase estuvo interesante, pero "me le anduvo" confundiendo algunos conceptos. Voy a tener que revisar mis apuntes.

Somos 40 alumnos en total. Si no me equivoco entre 6 y 8 son hombres (uy, benditos ellos entre todas nosotras, jajajaja), no sé cómo diablos me voy a adaptar a tanto adolescente junto, pero bueno, tendré que hacerlo... por lo menos la niña con la que me senté hoy fue simpática y más menos en la misma onda mía, aunque cuando le confesé mi edad, casi se cayó de espaldas, juajua, qué mala soy.

Veremos qué tal me va mañana... claro que para cachorreos no tengo ánimo. Me defenderé apunta de combos si es necesario, pero no pienso pasar humillaciones... aparte que no tengo más ropa (y me costó recara), así que nada de meterse conmigo. ¡EL CACHORREO ME TIENE TRAUMATIZADA!

Nos vemos mañana.

Chavela.

Yamila
(Histérica por los ritos universitarios, ¡puaj!)

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