Blogia
Ediciones Sueños... imágenes en la niebla

Comentarios a otros comentarios

Me dio risa, realmente risa que en un artículo anterior, en el que me refiero a la Virgen María y otros temas afines, me trataran de analfabeta religiosa e incluso evangélica... Casi me voy de espaldas de la risa.

Que no se tome como que me estoy burlando, no. Simplemente es una reacción a que la gente no lee, no comprende lo que uno escribe. Me llamaron "evangélica", cuando en lo que menos apoyo mi creencia es en los evangelios (la doctrina que en ellos hay)... todo porque hice un alcance a la suerte de politeismo existente en la religión católica con respecto a la imagen de la Vírgen. Lean bien, "alfabetos", no estoy en contra de la Vírgen, nunca lo estado (bien lo sabe Ella), simplemente me llama la atención la variedad de formas en las que se presenta ante los hombres (y mujeres). Sé perfectamente bien del hibridismo cultural que se produjo en nuestro continente con respecto a las creencias religiosas autóctonas y la imposición de las creencias del cristianismo. La Pachamama pasó a ser la Vírgen en todos sus nombres.

La intolerancia a las creencias de los demás me molesta sobremanera. Yo no estoy en contra de lo que crean los demás, porque no intento convencer a nadie, simplemente expreso mis ideas, lo que me inspira Dios (tal cual lo hizo con aquellos que escribieron los evangelios, porque ni siquiera fueron los apóstoles los que usaron la pluma para fijar sus visiones particulares acerca de Cristo, fueron escritos después de 60 años de la muerte de Cristo). Yo creo en Dios, su Hijo y el mensaje de Amor que nos dejó. Eso, para mí, es lo verdadero. El resto son palabras que cualquier hombre o mujer escribe acerca de lo que sabe y lo que Dios inspira en sus corazones, porque si no fuésemos libres (como Dios nos hizo), seríamos una sociedad como las hormigas, las abejas o las termitas, mandados todos por un cerebro central, sin tener posibilidades de ser individual.

Es por eso que para mí sería fácil tratar de retardados a quienes "me condenan" por pensar diferente, pero no. ¿Para qué? Si sólo están pensando diferente a mí. Tampoco los compadezco, no corresponde, cada uno cree lo que quiere, lo importante es que la base sea la Ley de Dios, el AMOR. Sin eso, hay contradicciones.

Yo creo en Dios, creo en el mensaje que trajo su Hijo, pero no creo en las imposiciones de la Iglesia Católica. No creo en ella, porque está comadada por hombres, los mismos que creyeron tener la verdad al seleccionar sólo cuatro evangelios, ¿y los otros veinte y tantos?

Todos, cada una y uno de nosotras y nosotros tenemos un pedacito de la Verdad, una chispa de la Divinidad que nos habla de diversas formas, nos inspira y nos guía a través de la vida. Dios es un padre amoroso, al que no debemos temerle, simplemente debemos confiar en Él. ¿Acaso eso es tan difícil de entender?

Yami

0 comentarios