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Ediciones Sueños... imágenes en la niebla

Mis 30 años...

Ah, qué año ha sido éste. Cambios muy drásticos en todo sentido.

Primero, que me llegó trabajo por todos lados, una bendición que agradezco al Cielo desde lo más profundo del corazón. Segundo, el haber terminado una relación de ocho años, que se suponía estaba fundada en el amor y en la ilusión de estar juntos hasta viejitos, pero no. Desapareció luego de una ardua lucha, en que la sufrí mucho. Tercero, comprobar la amistad de una amiga irremplazable, Aviva (su nick en el mundo virtual), y haber descubierto dos amigos más (Obi-Wan y Anakin), los que hoy son mis compinches en muchas cosas, sin olvidarme que Anakin es ahora mi pololo. Y cuarto, reencontrarme. Sí, Yamila ha vuelto a ser la que era antes de la universidad, antes de la enseñanza media...

La Yamila que se quedó perdida en los 12 años... la que vivió escondida bajo una gran capa de depresión que no la dejaba salir... una Yamila que hoy vive de nuevo, sí, porque siento que ahora sí vivo lo que no pude cuando cumplí 20 años, tengo el ánimo y las esperanzas de esa época. Ahora siento que, de verdad, puedo existir como siempre debió ser.

Es raro, pero la década de los 20 está como borrada de mi vida, salvo algunas cosas muy concretas. Y ahora vivo, realmente vivo, y tengo tantas ganas de hacer un listado enorme de cosas que había dejado relegadas por otras que no valían la pena, aunque de las cuales aprendí mucho. Y eso también lo agradezco, la sabiduría que adquirí como parte de la experiencia de vida.

No sé qué me depara el destino ahora, excepto que ahora aprovecho todas las instancias para vivir. Juego, estudio, trabajo, regaloneo... tengo excelentes amigos, un grupo genial en el que participo, otro grupo y equipo con el que estamos realizando otros sueños en conjunto (y del que ya hablaré), si lo único que me falta es tener un hijo... pero no creo que eso sea en un futuro cercano.

No me niego a la posibilidad, tendré un bebé de todas maneras, pero sí primero me daré el tiempo que necesito para hacer todo lo que me falta y recibir a mi hijo como corresponde.

¿Matrimonio? No sé, no tengo ganas, en realidad, aunque me ofrecieran el cielo y la tierra. No es una prioridad ahora.

Lo que sí sé es que la llegada de mis 30 años es el hito positivo más importante de mi vida. Es la marca que separa una parte de mi pasado que es olvidable y marca el inicio de una época que haré que sea genial... pase lo que pase.

Yamila
CHILE

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