Sabiduría
A golpes, a golpes se aprende la sabiduría. Y no me refiero a golpes literales, esos que se dan con puño o a patadas, sino a los golpes que la vida te da, a veces abrptos, a veces suaves, pero que te abren los ojos y te hacen comprender de una mejor manera cómo realmente funciona el mundo.
Esto no se consigue en una biblioteca tal como la conocemos, no está en los libros, sino en la biblioteca de las propias experiencias, de las cuales debes sacr una enseñanza que en el futuro te signifique evitar una nueva siuación en que creas no saldrás bien parada o parado.
Los que más duelen son los derivados de desengaños sentimentales. Lo sentimental no es solamente en relación al amor de pareja, sino también al relacionado con familia y amigos. Todo va bien, tratas de confiar en que las cosas que parecen son, pero te das cuenta que las cosas no eran. Y ahí viene la crisis. ¿Qué hacer? ¿Seguir adelante o frenar en seco? Y es en este punto en que se ven los gallos en la cancha. Tener el coraje para enfrentarse a sí mismo primero y decirte "oye, déjate, para, ya basta", es una situación aún más dolorosa que enfrentarse a otra persona, porque uno mismo es su mejor crítico, y sentirte criticado y enjuiciado por tu propio yo que te dice "deja de ser tan inmadura/o, deja de ser tan tonta/a y despierta", es un golpe bajo de los peores.
Otros desengaños son los que sientes cuando te ofrecen cosas maravillosas a realizar en trabajo, por ejemplo. En esas situaciones también se siente ese cosquilleo interno que te dice cuando la cosa no va a resultar, pero una, porfiada, sigue adelante, porque piensa que todo se arreglará en el camino. ¡Error! La intuición, el instinto, las corazonadas avisan. Hay que prestarles atención.
Ay, ya, me liberé. Acabo de dar otro pasito en mi crecimiento... igual doloroso darse cuenta que el mundo es mucho más duro de lo que enfrestaste hasta este minuto, y yo sólo quiero descansar un rato de tanta lucha.
Un abrazote a todas(os).
Yami
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