Falta de comunicación
Estos días me vino bajón por todos los dramas que hay en mi universidad (sin contar todos los que atañen a la educación en general).
Estas últimas semanas nos hemos ido a "mini-paros" (otros les llaman suspensión de clases), tratando de organizar de la mejor manera el movimiento universitario dentro de la Usach. Por lo menos se ha trabajado en comisiones que realmente están haciendo un buen trabajo en cada área específica que se ha tocado (acreditación, crédito universitario, leyes, movilizaciones, etc).
El problema es que las clases, la continuidad en el estudio se ha ido por la alcantarilla y muchos de mis compañeros cachorros están desilusionados, muchos sólo quieren irse a otras universidades que presenten estabilidad para poder estudiar tranquilos. Por un lado les encuentro razón, por otro la problemática universitaria continúa siendo una de las mochilas más pesadas tanto para los estudiantes como para las autoridades universitarias y de Gobierno.
Ninguno se pone de acuerdo, tampoco se respetan en lo más mínimo. El asunto, aunque para algunos suene simplista, es poder establecer ya no un diálogo, sino una auténtica comunicación, en que primen los buenos argumentos para apoyar o rechazar una propuesta, en que se respete al otro, porque tanto autoridades como estudiantes deben participar del proceso de desarrollo de una mejor calidad en la educación chilena, y eso pasa porque ambos estamentos sean iguales a la hora de votar en los consejos, que ambos tengan la misma información con respecto a dineros, el créditos, las becas, los gastos, que ambos decidan sobre nuevas estrategias de mejoramiento de currículumsacordes con los tiempos, exigencias a los académicos (que los profesores sean magísters y doctores), que el material esté disponible sin restricciones (apuntes, guías, libros, etc).
¿Por qué no se puede llegar a una instancia así? Esto es una herencia de la Dictadura Militar, en que las razones se imponían por la fuerza, aunque esas razones significaran pisotear en el suelo al que no tenía el poder. Pero hoy estamos en un contexto en que esas demostraciones de fuerza ya no son válidas en ningún caso. Los eternos enfrentamientos entre estudiantes y Carabineros lo evidencian, ya que los unos y los otros están estigmatizados, sólo hace falta que una piedra vuele desde el grupo de estudiantes o que un Carabinero apunte con una pistola o un lanza-bombas lacrimógenas para que la violencia se desate.
¿Van esperar acaso que alguien muera de uno u otro bando? ¿Qué pasa en la mente de personas civilizadas que se supone deberían privilegiar la comunicación efectiva, el respeto y así seguir evolucionando? ¿Acaso es tan difícil negociar lo que se quiere?
Si las autoridades no tienen buenos argumentos para refutar las peticiones y propuestas de los estudiantes, deberían de una vez por todas aceptarlo y dar un paso más allá en el entendimiento, siempre y cuando los estudiantes se comprometan a pedir las cosas de forma ordenada y apoyados con sólidos argumentos, sin recurrir a manifestaciones como paros y marchas que ahora a nada conducen, porque ya se han tornado en una tradición que ya ni siquiera la Prensa toma como noticia.
Comunicación, nada más. Eso es lo que pido. Y quizás tal vez pueda reencantarme con la causa, antes no.
Yami
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Paco Torres -