Adiós, Angie!!!
Hace un par de días pasó algo muy chocante, pero que a la vez fue una especie de señal que me convenció que estaba bien lo que decidí, y que no hay que rendirse aún después de sufrir lo peor... les cuento...
Encontré un sitio web en el que su creadora ofrecía diez mil títulos digitales a quien se los pidiera. Obviamente los pedidos debían realizarse de a uno, para no saturarla. Le envié mail, pero éste me rebotó, entonces se me ocurrió revisar el libro de visitas y me encontré con una terrible revelación: la joven había muerto dos meses antes, exactamente el 10 de agosto de este año.
Quedé en shock, en blanco, no podía creerlo. Angie se llamaba, un hijo pequeño le sobrevive.
En este libro de visitas hay muchísimos post de despedidas a Angie, deseándole lo mejor y agradeciéndole el haber hecho posible esta pequeña comunidad de lectores. Esto me conmovió profundamente, porque me di cuenta que ella había hecho tanto, preocupada hasta el final por sus amigos y conocidos para quienes trabajó con ahínco durante mucho tiempo y así tenerles material tan valioso a disposición. Ella tenía esperanzas de seguir viviendo, pero dos tumores en su cabeza hicieron metástasis y se le llevaron, a pesar de todos los esfuerzos y la buena onda de quienes compartieron aunque fuera un mail con ella.
Una amiga cercana, Mónica, tomó su lugar, porque no quiere que el legado de Angie se pierda. Y esa sola actitud me dio mucho que pensar y ver que las cosas que hago son por un motivo más allá del que a simple vista podrían ver los demás -me refiero a toda la gente a mi alrededor, mi familia, amigos, conocidos, público en general-, y me di cuenta que trabajo, que todo lo que hice, hago y haré es por algo más importante y trascendental, aunque sólo sea para que quede en el recuerdo... porque todo lo que hago con mi mente, mis manos y mi ser es para legarlo al mundo, a la gente.
Puede parecer extraño, hasta cursi, pero así lo siento, y eso me da ganas de seguir y terminar bien lo que alguna vez comencé y que aún está incompleto, pero todo tiene una fecha y a ella quiero llegar y regalar al público lo que he trabajado hasta ahora, tal como Angie, y si alguien lo continúa, será la mejor retribución, el mejor reconocimiento a la labor realizada, y si no, bueno, cumplió su ciclo, pero el objetivo se logró.
Gracias por leer el mamotreto, pero creo que era importante rescatar la enseñanza que Angie dejó.
Encontré un sitio web en el que su creadora ofrecía diez mil títulos digitales a quien se los pidiera. Obviamente los pedidos debían realizarse de a uno, para no saturarla. Le envié mail, pero éste me rebotó, entonces se me ocurrió revisar el libro de visitas y me encontré con una terrible revelación: la joven había muerto dos meses antes, exactamente el 10 de agosto de este año.
Quedé en shock, en blanco, no podía creerlo. Angie se llamaba, un hijo pequeño le sobrevive.
En este libro de visitas hay muchísimos post de despedidas a Angie, deseándole lo mejor y agradeciéndole el haber hecho posible esta pequeña comunidad de lectores. Esto me conmovió profundamente, porque me di cuenta que ella había hecho tanto, preocupada hasta el final por sus amigos y conocidos para quienes trabajó con ahínco durante mucho tiempo y así tenerles material tan valioso a disposición. Ella tenía esperanzas de seguir viviendo, pero dos tumores en su cabeza hicieron metástasis y se le llevaron, a pesar de todos los esfuerzos y la buena onda de quienes compartieron aunque fuera un mail con ella.
Una amiga cercana, Mónica, tomó su lugar, porque no quiere que el legado de Angie se pierda. Y esa sola actitud me dio mucho que pensar y ver que las cosas que hago son por un motivo más allá del que a simple vista podrían ver los demás -me refiero a toda la gente a mi alrededor, mi familia, amigos, conocidos, público en general-, y me di cuenta que trabajo, que todo lo que hice, hago y haré es por algo más importante y trascendental, aunque sólo sea para que quede en el recuerdo... porque todo lo que hago con mi mente, mis manos y mi ser es para legarlo al mundo, a la gente.
Puede parecer extraño, hasta cursi, pero así lo siento, y eso me da ganas de seguir y terminar bien lo que alguna vez comencé y que aún está incompleto, pero todo tiene una fecha y a ella quiero llegar y regalar al público lo que he trabajado hasta ahora, tal como Angie, y si alguien lo continúa, será la mejor retribución, el mejor reconocimiento a la labor realizada, y si no, bueno, cumplió su ciclo, pero el objetivo se logró.
Gracias por leer el mamotreto, pero creo que era importante rescatar la enseñanza que Angie dejó.
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