Tranquilidad
Aaaahhh, qué alivio. Por fin tengo una pega con posible contrato y duradera en el tiempo... digamos una pega convencional, jajáaaaaa...
Eso me tiene feliz y tranquila. Ahora podré hacer un montón de cosas que antes me había sido imposible, como por ejemplo soñar con la casa propia... ¡mmm, exquisito! Sí, pues, exquisito, porque no hay nada mejor que tener tu propio espacio, en el que puedes refugiarte y dejar afuera cansancio, cachos varios (por ejemplo, gente molesta y/u odiosa, pegas pendientes, trabajos universitarios aburridos, etc), disfrutar de tus hobbys o simplemente dormir.
Ahora sólo a elegir un buen candidato a posible pareja y a pasar buenos ratos con esa posibilidad... obvio, para pasar malos ratos ya no estoy, me aburrí de los hombres-cacho, hombres-mochila u hombres-odiosos. No valen la pena, en realidad, y de ésos abundan en el mundo, por eso, niñas, hay que andar vivo el ojo ahora.
Sí, pues, Yamilita tiene el ojo puesto en un blanco, pero veremos qué pasa. La vida me enseñó a irme con muuuuuuuuucho cuidado, a ver de inmediato las falencias (y chanterías varias), así que el lolito en cuestión aún está bajo estudio detallado, muahahahahahaha. Obvio, no están los tiempos para esos amores adolescentes en que te deslumbraban con un par de palabras bonitas y caías redondita, no, señor...
Lo mismo pasa con minas-cacho, ésas que sólo buscan cachuines y enemistar a la gente. Menos mal que este tipo de mujeres (qué mujeres, puras cabras chicas que se creen mujeres) están fuera de mi círculo de amistades, rondan en los límites de mis grupos amigos, pero igual de vez en cuando cruzan esos límites y hay que echarlas a patadas (aunque con diplomacia, jajajajajaja).
Ayayay, Dios de los Cielos, gracias por esto, gracias por tus señales claras a la hora de tomar decisiones, que aunque en un momento pueden haber significado un gran dolor o confusión o temor a equivocarme, hoy puedo decir que fueron correctas, totalmente. Y también gracias a los que estuvieron ahí y me ayudaron a ver las cosas desde otras perspectivas, permitiéndome confirmar que los caminos elegidos sí eran los correctos.
Feliz, pues, qué más puedo decir. Ahora sí que tengo bien ordenado mi día a día, me queda tiempo para todo, así que más feliz me siento y libre de nubes negras, aunque siempre rondan, obvio, porque es típico que a una (o a uno, depende si quien lee es chica o chico) tratan de embarrarte la vida con malas ondas, pero, ¿saben qué?, a aquellos que tiran esas malas ondas sobre mi persona (y la gente que forma mi círculo íntimo de familia y amistades), les digo ahora ya que se vayan con cuidado, porque lo malo se devuelve (y con creces)... y ya saben que nunca hablo en broma, es un hecho comprobado. Así que apártense de mi camino, porque yo no piso ni un centímetro del suyo.
Un abrazote para mis amigotes.
Yami
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