Tristeza a mi alrededor
Y yo que le estaba gritando al mundo mi felicidad... teniendo cerca de mí a mis amigos tristes.
Creo que me comporté un poquitín egoísta, ¡lo siento, no fue mi intención! En serio, sólo estoy feliz por lo que ahora estoy viviendo y quería compartirlo, porque hacía años que no me sentía tan bien. Discúlpenme, mis amigos, perdonen mi falta de tino. Ustedes saben que comprendo perfectamente como muchos de ustedes se sienten en estos momentos, algunos sin pareja y buscando el amor... otros atados por cadenas de seda que podrían romper, pero que no se atreven por quizás qué motivos... algunos solitarios ahora, pero por decisión propia... y otros con problemas gravísimos que ni siquiera quieren contar para no "molestar" al resto.
Mis amigos, no se guarden los problemas, desahóguense, boten todas esas malas vibras, álejenlas de sus vidas, intenten limpiar el alma de lo malo. Sé qué cuesta, cuesta mucho (no sabré yo), pero al dejar a trás la oscuridad que muchas veces nos rodea y en la que cómodamente nos acunamos, dejas atrás tristezas, penas, dolores que sólo dañan tu alma.
Hay que buscar la manera de dejar eso, vivir en armonía con el universo en general, alegrar el espíritu, el corazón, aunque se esté solo, porque tarde o temprano (más temprano que tarde), si uno produce buenas vibras, produce alegría, eso es lo que va a recibir.
"Ayúdate que yo te ayudaré", es una cita que se la atribuye al mismo Dios. Y es muy cierta. Si uno no desea salir del hoyo en que se está atrapado, nunca vas a recibir la ayuda que necesitas, porque hay que dejar que esa ayuda llegue y te tienda la mano.
A veces es un desconocido en la calle... otras es tu mejor amigo o amiga, tu madre, tu hermano o hermana, una tía, tu amante o aquella amada/o que no viste a tiempo... hasta tu mascota tiene algo que decirte y que te ayudará en el momento preciso que lo necesites, pero siempre y cuando realmente lo quieras recibir.
Sal de la oscuridad, vuelve a luz en que las cosas buenas de la vida te están esperando. Quizás perdiste un amor (debe haber sido uno muy malo o tal vez uno que no debió darse en ese momento), quizás rompiste una amistad tan importante para ti que hoy sientes que has perdido la mitad de tu alma (porque ese amigo o esa amiga era alguien tan especial, que te diste cuenta muy tarde de la grieta que se formó), quizás perdiste un familiar (muy doloroso, pero piensa en los buenos momentos que pasaste con él-ella), tantas relaciones, tantas cosas que hoy sólo las puedes ver en tu recuerdo, en corazón, la mente, y sentir su cercanía, su calor que poco a poco se va desvaneciendo en el frío del tiempo ya perdido.
Pero tuya es la decisión. Y verás que allá afuera hay alguien presto a ayudarte. Y quizás aún puedas salvar algo de lo que perdiste.
Yamila
CHILE
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