Diciembre
Y llegó diciembre, mes extraño y no muy esperado de mi parte... hasta ahora. Sí, pues, fueron años de pobreza, de depresiones de fin de año y frustraciones, porque no tenía trabajo ni ganas para celebrar las fiestas.
Ahora estoy más tranquila, podré asegurar en la casa parte de la cena de Navidad y de Año Nuevo, porque aparte de estar en familia, la buena comida no puede faltar. El único problema es que será la primera Navidad que la pasaré sola... en el sentido de que es primera Navidad y Año Nuevo en que estoy solterita sin compromisos.
Digo que es un problema, porque ya debería tener mi propio hogar, estar pensando en el regalo sorpresa para mi posible novio, jugar a ser feliz los últimos días del año, pero no puedo. Y aunque no tuviese novio, me duele aún más el hecho de que a estas alturas de mi vida ya debería tener un hijo a quien entregarle todo mi amor y las cosas que he ido aprendiendo a lo largo del tiempo... pero no puedo, por responsabilidad no puedo. Obvio, si apenas desde el año 2005 que estoy viviendo lo que debía hace casi diez años, cuando salí de la universidad la primera vez.
Es triste, pero, para variar, tuve que sacrificar esa parte de la vida de cualquier mujer. Quiero tener un hijo, pero no debo aún, porque primero tengo que terminar la segunda carrera que estoy estudiando, y recién estoy aprobando el primer año de cinco... aparte que debo encontrar un buen padre, sano y acorde a mi misma, para que el niño no tenga problemas en el futuro y sea sanito y feliz (aunque lo tenga soltera, ya eso es lo de menos, total, me la podría criando al chicuelo ahora que económicamente me estoy afirmando).
Ayayay... diciembre... igual me afecta en parte, pero por lo menos es un diciembre diferente a los que he vivido antes.
Yami
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